MATANDO LA ESENCIA DEL FOOTBALL
Los aficionados
al football, y a los deportes en general, no son conscientes del daño
que las estadísticas avanzadas están haciendo al deporte, pues la actual y
creciente influencia negativa que estas ejercen sobre el mismo, cual cáncer,
amenaza seriamente con matar la esencia del deporte, que en un futuro no tan
lejano podría perecer para siempre tal y como lo conocemos.
Los partidos de football
se ven con los ojos en el emparrillado, y no mirando una hoja de estadísticas
sacadas de contexto, como hacen ya de serie las nuevas generaciones y cada vez
más los más veteranos, seducidos también irremediablemente por esta lamentable
corriente.
Y el problema y
el error es precisamente ese mismo que es uno de los más comunes en la vida
misma: EL FUERA CONTEXTO. El juzgar los acontecimientos en el
plano de la superficie, sin profundizar en el cuándo, el cómo y sobre todo el
porqué.
Pero es que
además en particular en el football el problema parte de un surrealismo
total y absoluto, pues el arma de destrucción masiva que ha trascendido en el
tremendo descalzaperros es una empresa con sede en, ¡ATENCIÓN!, Irlanda:
Pro Football Focus, o como yo la llamo: Pro Football Fuckers, pues literalmente
están jodiendo sin lubricante al football. No entiendo muy bien cómo los
yanquis, dueños siempre de su absoluta y muy personal verdad, han permitido que
alguien que no sean ellos mismo les marque el camino a seguir, pero el caso es
que así ha sido. Es tan sui géneris como si en la carrera espacial hubieran
llamado a los rusos para pedirles consejo. Aunque deportes como el baloncesto no
se quedan atrás en ser influenciados por la estupidez, y hasta han llegado más
lejos todavía, rompiendo todas las reglas del sentido común y la naturaleza,
habiéndose obsesionado extremadamente con una estadística, el triple doble, la
cual destruye totalmente la base sobre la que se sostiene todo: las matemáticas
puras, pues dicha estadística nos está diciendo que de #9 a #10 hay una
distancia superior a la que hay de #10 a #11, de #15 a #16, o de #27 a #28,
cuando la distancia es exactamente la misma: uno.
Aunque en
realidad, el responsable de todo este mal, es ese poderoso caballero al que
llaman don Dinero, ese cáncer de cánceres que lo pudre todo, pues los irlandeses
no solo saben hacer una de las mejores cervezas del planeta y la mejor espuma
cervecera que existe, sino que también saben ganar dinero que da gusto
vendiendo estadísticas, pues las de PFF son de pago. Y claro, si tienes que
vender estadísticas, lo que pasa que es que acabas creando estadísticas y más
estadísticas a cuál más absurda. Aunque, ¿quién es más culpable, el que cuenta
mentiras o el tonto que se las cree? Que se las cree y luego sigue el juego
inventándose las suyas propias.
Y es aquí donde
llegamos quizá al gran problema, a lo que extiende el virus: el fantasy
football, sea de pago o no. El de pago no es más que una prolongación del
radicalmente extendido vicio del juego online, un nuevo destroza-familias
legal como lo es el alcohol. Pero el fantasy en sí, lo que supone es dar
una importancia extrema a la estadística, mirando los partidos desde un punto
de vista totalmente distinto: el individual, obsesionándote con los concursos
personales y mandando a tomar por el culo la ESENCIA DEL DEPORTE DE EQUIPO:
el juego conjunto de todos, y más en un deporte como el football en
donde hay defensa, ataque y equipos especiales de once miembros cada unidad.
Pero te das
cuenta de lo grave que es el problema cuando ves que trasciende más allá de los
aficionados y de su percepción del deporte. Cuando el problema influye sobre
los técnicos, aunque sean los malos. Cuando ves que un “QB” llamado Tyrod
Taylor es encumbrado por PFF, situándolo en número #2 de sus rankings,
solo por detrás de Aaron Rodgers, y aunque sabes que ningún coach de la
liga lo tiene en tan alta estima, sí que algunos lo tienen en una
sobrevaloración elevadísima. Y es aquí donde más rotundo me voy a mostrar: si
no existiese PFF Terror Taylor no estaría ya en la NFL. Hace diez años Terror
Taylor ya se habría retirado al no encontrar equipo y habría fundado una marca
de moda (porque vestir, eso sí, reconozco que viste como nadie en la liga).
Y precisamente
Terror Taylor sirve a la perfección como ejemplo de cómo las estadísticas sacadas
de contexto son un sin sentido, pues la misma organización criminal irlandesa
que lo encumbra, sacó una estadística que decía que Zay Jones, wide receiver
de los Buffalo Bills, fue en 2017, su temporada de novato, el tercer receptor
abierto de toda la NFL que más pases inatrapables recibió (su pasador de
melones era precisamente Terror Taylor). ¿Cómo puede ser que el segundo mejor
QB estadísticamente hablando sea al mismo tiempo el que más pases inatrapables
lanza? INCONCEBIBLE. Un claro ejemplo de lo que son las estadísticas
avanzadas sacadas totalmente de contexto.
Pero os voy a poner otro ejemplo, un
ejemplo extremo, casi el ejemplo de los ejemplos. Un QB puede acabar un partido
con 25 pases completados sobre 25 intentados (100% de pases completos), y sin
embargo no haber conseguido ni un solo primer down. El que no vea el
partido y mire la estadística y vea ese 25 de 25, dirá: «Brutal, tremendo el
partido que se ha marcado». Pero la realidad EN EL CONTEXTO es que ese
inútil no ha conseguido ni un solo primer down a razón de ejecutar un
improductivo pase corto tras otro, especialidad por cierto de Terror Taylor y
principal motivo de su encumbramiento estadístico. LeSean McCoy también elevó
drásticamente su estadística como receptor en el periplo del Terror de Taylor
en Buffalo, pues la mayoría de esos pases inútiles de una a tres yardas eran
para el corredor.
Alejandro Villanueva / elconfidencial.com
Y por último,
están los jugadores, los cuales son obviamente más importantes en relevancia en
el juego que los fans y que los coaches. Y aunque en la excelente
entrevista que Alejandro Villanueva concedió a Spanish Bowl, habló de ese fuera
de contexto y manifestó que los jugadores no se toman muy en serio las
estadísticas avanzadas, y hasta bromeó con su lejana procedencia, lo cual fue
muy grato de escuchar, los jugadores del futuro nacerán con las estadísticas
avanzadas y crecerán jugando con el fantasy, e irremediablemente esto
tiene que afectar de forma muy directa a su percepción global del football
y consecuentemente en su manera de enfocarlo. Y de ello nada bueno puede
surgir. De hecho, en el baloncesto, un deporte mucho más sencillo tácticamente,
y en donde consecuentemente es más fácil injerir en su estructura, la obsesión
por el tiple doble de la masa ya ha influido en ciertos jugadores estelares y
ha perjudicado dramáticamente al juego de sus equipos hasta borrarlos de
progresar por el campeonato.
Y aunque no lo
parezca soy un optimista recalcitrante…
Sejirō せひろー
Comentarios
Publicar un comentario